La semana pasada asistí a un interesante evento sobre
innovación y recursos humanos en la fundación bbva (Humanos con recursos, con las empresas INUSUAL e INTELLYGENZ como ponentes),
y cuanto más hablaban los ponentes más me repetía a mí misma una pregunta: ¿A
todo el mundo le “compensa” innovar, sea cual sea su tamaño? ¿Todos los que
inician este viaje saben el jardín en el que se están metiendo?
Más allá de las herramientas y metodologías que comentaron
los ponentes del evento (que estuvo fenomenal), hubo dos cosas que me llamaron
la atención: para que la innovación se materialice y aporte valor a la empresa,
hay que tener un cierto nivel de “madurez organizacional” (que no forzosamente
tiene que ver con la antigüedad de la empresa), y contar con una estrategia de
innovación, es decir, haberse preguntado dónde queremos llegar, en qué plazo, y
si tenemos el empuje suficiente para hacerlo.
Para averiguar si estamos en nuestro punto de madurez, yo
propongo hacer un sencillo “análisis de costes”: